Para mi amigo Grati

Hace nada ha fallecido Gratiniano Utrilla. Es verdad que muchos no sabréis quién era, pero los que tuvimos la gran suerte de vivir con él algunos momentos valoramos que estábamos con una de las pocas personas ilustradas sin ser catedrático, con una gramatica inmejorable y un discurso que te trasmitía VERDAD. Con un sentido común que inmediatamente te dabas cuenta de que estabas ante un personaje que había vivido la historia de las dos Españas. De manera tranquila te ponía al día de todo lo que él había vivido, con una narración que te encantaba como la flauta a la cobra. Te abría los ojos y te aclaraba de forma sencilla lo que había y lo que podría haber por el cariz que estaban tomando las cosas. Trabajador ferroviario, buen padre y marido y guía "espiritual" de gente como yo, que gracias a él pude aclararme en temas políticos de forma razonable y razonada sin venganzas, y eso que Grati vivió la crudeza de la guerra de España en el bando republicano siempre fiel a sus ideales. Cuento siempre una anécdota de él que digo que si muchos hubiéramos exigido eso otro gallo nos cantaria: Habíamos juntado un pequeño grupo que nos afiliamos a un determinado partido político. Pagábamos una cuota de equis pesetas. No teníamos local. El único gasto que teníamos era la suscripción al periódico del partido. Al mes nos reuníamos y se leían las cuentas. Tanto de ingresos, tanto gasto de periódico, tiene que haber tanto. Sacaba Gratiniano de su bolsillo el dinero que previamente había retirado del banco para enseñarlo. Nosotros le decíamos que no hacía falta que trajera el dinero y él siempre decía: "Estoy cansado de ir a reuniones en las que siempre les cuadran las cuentas pero el dinero no se ve...Tenemos tanto superávit... ¡y luego te enteras de que no hay ni un penique! El dinero tiene que estar claro cuando no es tuyo (¿os suena esto de algo? ) Seguramente si los dirigentes bancarios y políticos hubieran hecho lo de Grati estaríamos hablando de otra cosa. Ya no está mi viejo amigo. Ahora que se preparen de libros donde esté (seguramente donde los buenos) ¡Ah! ¡Y que no le falte la prensa!